jueves, 31 de julio de 2008

VOCES DE TINTA Y SINO





El Génesis recomienza en silencio
Dios tiembla
la Eva de Botero es realmente hermosa
sus manos sudan extasiadas
devora aquella mujer con su mirada
mientras espera
el sexto día que nunca llegará.

Valeria Montilla

***************


Te aferras con misticismo
lo desconocido te daña
a pinceladas punzantes
luchas en agonía
no lloras, te miran

tus venas ascienden
deseos inimaginables

no te concibo despierto

Daniel Vegas







Se miran, se presienten se desean,
se acarician, se desnudan.
Oliverio Girondo





Debajo
de esa Hilfiger
se esconde el Sahara
dunas lentas
al momento
de caminar
con los pies de esta lengua
indescifrable.

Ángel Rodríguez

********************

Mi silencio te describe
mi arrogancia te perturba
sueño entre pétalos
con palabras ahogadas
y tú gastas tiempo
en decirme simplezas.

Yildredth Velásquez

************************

Rosas girando con el aire sin dirección alguna
con pétalos como pequeñas lágrimas rodean el jardín
ese tallo trata de dibujar figuras
tantos colores descifrando vidas.

Marien Ocando




DRIBLE

Errores cometidos
profundos sentimientos
marcan los días, noches
meses que transcurren
como pelotas sin quietud
lentamente retando.

Daniela Cedeño

**************

Confundido y desolado, qué importa lo dicho
dolió,
cada pétalo de rosa cae
lentamente en el fogón
junto a lágrimas
ahora lo tengo que aceptar
mis pies en la tierra sentir
lo perfecto huelga, no la fe.

Daneydi Salazar


***************


Enfermedad que atraviesa mi corazón
como espada de fuego
el aire me ahoga sin piedad
mi piel se desintegra

aterra mi esencia
cárcel de mis sentimientos
la rueda de la fortuna se invierte
no apuesto al amor.

Julio Álvarez



No sé qué nos llena
la vida impone
sobresalgo de mis curiosidades
cada parte de mi experimenta,
mi frío se vuelve calor
lloran mis poros
en el roce con lo desconocido.

Mis reglas no son prohibidas,
vuelo sin prisa
pugnan mis venas por acabarlo

Mi corazón se agrieta
consume el dolor sin fin.

Williams Galloza


***************

Baúl lleno de colores
se descifran momentos
de augurio inexplicable

El rebujo ha sido abierto
arrastrando la sensación
de un instante
bajo nostalgia.

Adriany Montenegro

*******************


Aliento cálido
en la bruma fría
la fuerza va en el roble
incertidumbre
él quedó como la palabra clave
inexistente.


Jesús Gómez



Las voces noveles de esta edición se afinaron en el Taller Literario “Tinta y Sino”, facilitado por la poeta Tibisay Vargas Rojas, en San Juan de los Morros, Estado Guárico. Dicho taller pertenece al Circuito Liceísta de las Letras de la Casa Nacional de Las Letras “Andrés Bello”. Integran esta edición, los jóvenes liceístas: Valeria Montilla y Yildredth Velásquez (U.E. Colegio “San Juan Bautista); Daneydi Salazar (L.B. “Juan Germán Roscio”); Ángel Rodríguez, Daniel Vegas, Marien Ocando, Adriany Montenegro, Williams Galloza, Julio Álvarez, Daniela Cedeño y Jesús Gómez (L.B. “José Félix Ribas”).

PRESENTACIÓN DE JÓVENES POETAS EN EL TEATRO DE BOLSILLO DE LA CASA ARTESANAL

Este viernes 1 de agosto, a las 6 de la tarde, se estará presentando en el Teatro de Bolsillo de La Casa Artesanal de San Juan de los Morros, ubicado en la calle Roscio, el Díptico Poético “Voces de tinta y sino”. Este acto está siendo organizado por la Editorial “Viento de Sur Editores”, dirigida por los poetas Arturo Álvarez D’Armas, Tibisay Vargas Rojas y Jeroh Juan Montilla. Dicho evento cuenta con el auspicio de la Fundación Cultural Roscio de la Alcaldía Juan Germán Roscio.
Nuevamente Viento de Sur Editores realiza una nueva edición de sus muy conocidos dípticos poéticos. A lo largo de estos años sus frecuentes ediciones han recogido voces representativas tanto de nuestra poesía regional como la de proyección nacional. Esta vez acoge en el amplio universo de sus cuatro páginas un conjunto de voces nóveles en el mundo de la literatura guariqueña. Jóvenes poetas que vienen con entusiasmo, imaginación y creatividad a vigorizar nuestras letras regionales y locales.
Las voces de esta edición se afinaron en el Taller Literario “Tinta y Sino”, facilitado por la poeta Tibisay Vargas Rojas, en San Juan de los Morros, Estado Guárico. Dicho taller pertenece al Circuito Liceísta de las Letras de la Casa Nacional de Las Letras “Andrés Bello”. Integran esta edición, los jóvenes liceístas: Valeria Montilla y Yildredth Velásquez (U.E. Colegio “San Juan Bautista); Daneydi Salazar (L.B. “Juan Germán Roscio”); Ángel Rodríguez, Daniel Vegas, Marien Ocando, Adriany Montenegro, Williams Galloza, Julio Álvarez, Daniela Cedeño y Jesús Gómez (L.B. “José Félix Ribas”). Desde ya auguramos éxitos y todo el apoyo necesario a estos adolescentes que con su gesto abren una nueva página en la historia de la poesía venezolana.

martes, 29 de julio de 2008

COLOQUIO DE HISTORIA DE VENEZUELA EN HOMENAJE A LA HISTORIADORA IRMA MENDOZA (San Juan de los Morros, 11 de julio 2008)

IRMA MENDOZA: UNA EMOCIÓN AL SERVICIO DE LA HISTORIOGRAFÍA LLANERA

Adolfo Rodríguez*



El nombre, aún desconocido para mí, de Irma Mendoza en el acta constitutiva del Centro de Historia de los Llanos Venezolanos (CEHISLLAVE), en 1982, no delataba lo que habría de representar para la historia contemporánea del Guárico: ese exitoso desempeño docente a cuarto nivel como la puesta en escena de zonas que permanencia en penumbra para todos y que se ofrecen hoy bajo su amoroso cuidado. Podemos decir hoy que nunca más nuestro pasado semejará un hueco negro en la historiografía nacional, a pesar del esfuerzo tesonero, visionario y lúcido de José Antonio De Armas Chitti y uno que otro aventurero en dichas lides, como el que esto escribe. La presencia efectiva y señera de Irma va desde su paso por la Dirección de Educación y Cultura del estado, pulsando quizá desde esa atalaya, las coordenadas, que habrían de servirle para esta gesta indetenible, perseverante y reiterada, de sucesivos desvelamientos a que está siendo sometida la historia regional. Ejecutoria que Irma corona de manera magistral coordinando los Estudios de Postgrado en Historia de Venezuela en la Universidad Rómulo Gallegos, luego de cumplir docencia, siempre fecunda, en la Facultad de Ciencias Económicas, donde hizo posible una segunda entrega de la revista que Federico Brito Figueroa puso a andar para lucimiento de esa casa de estudios. Animada de tan singular disposición, emprende el mágico despliegue de esa pasión comprometida y exigente, con que asiste búsquedas, interrogantes, expectativas. Irma pondera hechos y personajes, pero no se aferra a ninguno hasta sopesar su validez y significado para un específico espacio o tiempo. Un abordaje que usualmente abre pistas para orientar brújulas, gestar hipótesis, abrir horizontes, desde los fogonazos con que asume su praxis investigativa. Una cuasi mística dedicación que habitualmente deja estupefacción entre quienes somos receptores de su gentil postura científica. Yo me pregunto cuál habría sido la suerte de los estudios históricos en nuestra región de no haber estado con nosotros esta voluntarioso fervor, atinado y desprendido que es Irma Mendoza. Una definitiva huella por el rastro que ha logrado sentar, los entusiasmos concitados, los resortes desencadenados en bien de un área del saber que nunca más será la misma luego de su efectivo ejercicio entre nosotros.
*Docente universitario, historiador y poeta.

lunes, 21 de julio de 2008

COLOQUIO DE HISTORIA DE VENEZUELA EN HOMENAJE A LA HISTORIADORA IRMA MENDOZA (San Juan de los Morros, 11 de julio 2008)

ESCLAVITUD Y AFRICANISMOS EN LA CULTURA LLANERA

José Obswaldo Pérez*



ESCLAVITUD Y AFRICANISMOS


ESCLAVITUD Y AFRICANISMOS son dos términos afines que guardan relación fenomenológica y sociocultural. Una aproximación a ambos conceptos definiría las bases hermenéuticas, teóricas e historiográficas para abordar en esencia la cultura africana en Venezuela y su relación con nuestra historia regional y local. Ya hemos dicho que la esclavitud fue un fenómeno global, que llegó a constituir en uno de los factores fundamentales en el desarrollo de la agricultura en los Llanos de Guárico, Apure y Barinas durante el siglo XVIII. Aunque básicamente las importaciones de negros estaban orientadas a satisfacer al sector minero, pero en buena medida un porcentaje se destinó a los oficios domésticos en los centros urbanos y las haciendas, especialmente mixtas: dedicadas a la agricultura y a la ganadería[1] .
En Venezuela, como en América Latina, la influencia y la vitalidad de la herencia africana en nuestra cultura sigue siendo un fenómeno ampliamente admitido. Desde mediado de la década de los 60 - en el siglo XX-, han habido algunos estudios sistemáticos demostrativos de esa manifiesta influencia africana en nuestra lengua castellana y en nuestro paisaje geográfico. Uno de los primeros propulsores endógenos de origen afrodescendiente que se dedicó a los estudios del africanismo en Venezuela fue, sin duda, Juan Pablo Sojo (1908-1948), hijo. Se trata de uno de los autores sustantivos en la historia de la investigación antropocultural en Venezuela, el cual adelantó aportes significativos sobre un tema en que sólo existían breves y muy escasos trabajos.
Sin embargo, existen otros autores. Aunque son fragmentarios y raros en los espacios académicos pueden mencionarse como el trabajo de J.A. Rodríguez para la revista De Re Indica, en 1918: “Folklore venezolano” y Una visión de Barlovento (1969), de Fernando Madriz Galindo, muy rico en materia léxica y paremiológica. Entre los privilegiados casos de estudios modernos dedicados a esta materia, aunque transitando espacios muy distintos, no puede dejarse pasar los trabajos regionales de Irma Mendoza, Adolfo Rodríguez, Felipe Hernández González, y Arturo Álvarez D´Armas. De esta manera, las recolecciones fundadoras llevadas a cabo por Sojo se han mantenido como vocación rara en la consideración de la materia afrovenezolana en torno al hecho cultural. Respondiendo a otros intereses, habría que hacer referencia a la tesis de maestría elaborada sobre la esclavitud de origen africano en San Fernando de Apure por Carmen Bravo, de nuestra Universidad Rómulo Gallegos. También, el trabajo de la profesora Oneida Martínez, que pronto presentara como tesis de maestría en historia de Venezuela sobre los pardos en San Sebastián de los Reyes.
El concepto de africanismo surge en la década de los 40- en el siglo XX- en la Escuela Histórica Americana de Antropología. Fue introducido por Merville Herskovits[2], antropólogo norteamericano de la corriente evolucionista, quien conceptualizó el africanismo como un cúmulo de creencias y religiones que surgieron como una “nueva cultura” en Hispanoamérica tras la “llegada” de mujeres y hombres africanos que fueron esclavizados en este continente[3]. Es decir, los africanismos son el conjunto de “supervivencias” culturales aportadas por sus descendientes africanos como producto conservacionista de un ancestro común.[4]
Joseph E Holloway (1991) define que los africanismos son "elementos culturales hallados en el Nuevo Mundo atribuible a un origen africano."[5] Por su parte, Arturo Álvarez D´Armas, un bibliotecólogo jubilado y un libre estudioso de la africanidad en Venezuela, señala que estos elementos se manifiestan, por si mismo, en numerosos aspectos de la cultura llanera. Desde el lenguaje común cotidiano hasta los aspectos de la arquitectura que nos rodea.
De este modo creemos que la idea de africanismos debe estar asociada con elementos culturales, políticos, religiosos y étnicos. Además los estudios de africanía venezolana deben estar relacionados con la historia afroamericana y, más directamente, con el estudio de la mestización de las culturas indígenas, africanas y europeas que son, en esencia, nuestras raíces culturales de la venezolanidad. Sin embrago, la presencia y el desarrollo del africanismo en Venezuela se podía ubicar en una perspectiva tímida, que aún no genera una corriente intelectual e investigativa que pudiera incidir en un cambio radical o critico de las miradas y las lecturas embrionarias o primarias de nuestra “África profunda” que se hacen por parte de intelectuales, investigadores, instituciones educativas, movimientos sociales y lideres.
Los africanismos no son raramente traslaciones "puras" de la cultura africana a las colonias hispanoamericanas. Más bien son una conjugación de mezclas o hibridaciones de otras culturas.
En América, especialmente en nuestras regiones llaneras, éste proceso dio paso a la construcción de una nueva cultura única o como lo llama el doctor Adolfo Rodríguez: una nueva neoétnia. Su definición epistemológica nos sirve para identificar, desde la perspectiva histórico antropocultural, al hombre llanero o la llaneridad como producto de ese contacto étnico-cultural. Pero, ese hibridismo no sólo tradujo un mestizaje biológico y multicultural sino la continuación de una historia africana a través de la diáspora, aún presente con sus vestigios en nuestro acontecer cotidiano.

La influencia de nuestra cultura africana

En nuestros llanos de Guárico y Apure, la africanidad se encuentra arraigada desde el mismo momento de la llegada de los colonizadores y dueños de hatos[6]. Dos vías permitieron el ingreso de los susharianos a nuestras regiones llaneras: una por la fuga de esclavos desde la región central y segundo, por aquellos que fueron traídos a trabajar en las unidades de producción, a través de las áreas de influencia de los hinterland negreros de
Sin embargo, los esclavos traídos a los llanos fueron ubicados indiscriminadamente en diferentes sitios geográficos, creando una mezcla donde el único punto en común fue el aspecto racial. Ningún otro elemento coincidía entre los distintos asentamientos, ya que provenían de los más diferentes grupos étnicos, culturales o lingüísticos, o puntos geográficos.
El hato llanero va a ser el hábitat que permitirá la simbiosis entre blancos, indios y negros. Aquí los esclavizados coexistirán como una fuerza de trabajo libre, muchos de ellos como mayordomos de propiedades de ganaderos, mientras otros se fugaban formando cumbes o rochelas en las vecindades y áreas rurales. En este modo de producción se condicionó, a su vez, la vida cotidiana de las tres categorías étnicas, las cuales aportaron un conjunto de técnicas antropoculturales en el manejo directo de la ganadería, mediante “ese esquema tetraedral en que se ejecuta la producción: sabana, res, caballo y hombre”[7]. Pero, esa integración simbiótica y étnica, en un mismo territorio y en una misma área económica, dio origen no sólo a un mestizaje pluricultural sino a la constitución de esa nueva cultura antes descrita.
La ganadería y la esclavitud africana son dos fenómenos que determinaron un cambio radicar en modo de vida de las comunidades indígenas en los llanos centrales y sabanas de Apure. La efímera duración de la extracción minera dio paso a la actividad agropecuaria, un nuevo ciclo que coexistió con el final de las extracciones auríferas y con el principio de la implantación de los hatos ganaderos, siguiendo un criterio de preferencia marcado por los vínculos sociales y regionales que conectaban a los hombres con las diferentes costumbres de Castilla, Extremadura o Andalucía.
Con rasgos significativos de una fusión cultural simbiótica persisten aún en nuestros llanos algunas expresiones musicales con acento africano. Esas manifestaciones se reflejaban en los cantos de arreo, vaquería, zafra y gritos de monte. Todos ellas descripciones propias de las zonas ganaderas y agrícolas, surgidas de realidades concretas, utilizadas durante las faenas cotidianas del manejo del ganado y limpieza de terrenos, con el fin de hacerlas menos fatigosas y más productivas: el hombre, sometido cotidianamente a jornadas de diez o más horas de trabajo, materializa su necesidad de comunicación social, improvisando cantos muy libres en los que narra el último acontecimiento del pueblo o de la región, el incidente familiar, amoroso o de trabajo, expresiones de lo vital, de lo que se siente y se resiente, de lo que se ha perdido, se imagina o se desea, de lo accidental o de lo trascendente[8].
Los cantos de trabajo, con claras influencias indígenas y africanas, se cristalizaron también en los cantos de los decimeros mediante tonadas en que se mezclaron entre giros melódicos y temáticos provenientes del coplero español, con viejos estribillos y coros en alternancia, en los que se fundió lo narrativo local y la sátira tradicional características del África con la picaresca española. Ya para ese entonces los instrumentos de Europa, de África y de América, se habían encontrado, mezclado, concertado, en ese crisol de matices, encrucijada planetaria, lugar de sincretismos, transculturaciones, simbiosis de músicas aún muy primigenias o ya muy elaboradas en el Nuevo Mundo[9].
Los velorios de Cruz de Mayo son una riqueza de mestizaje cultural mágico-religiosa muy arraigada en los llanos. Bambas, juegos, Mariselas, tonadas a la cruz y el “rabo”, este ultimo un baile de joropo que se organizaba después de la celebración del velorio a la cruz; un ritual que aún permanece en las zonas rurales de Tiznados y Ortiz, como una costumbre a agradecer por la entradas de las aguas (lluvias para los campos), en los tiempos de sequía o por la bienvenida de una buena cosecha. Entre los bailorios, la danza de la Marisela es una festividad mestiza fundamentada en “bailar el baile de la adivinación”[10], que recuerda a las sambas de origen africano o afroantillano [11]. El baile radica en una danza trémula en la que una persona se disfraza de cualquier cosa y empieza hacer piruetas, a cantar bambas y recoger prendas. Las bambas, según el investigador Arturo Álvarez D’ Armas, son “cuartetas recitada en los velorios de santos en los llanos centrales”[12]. En otras palabras, las bambas son sucesiones de coplas con pie forzado y sobre un mismo tema.
La incorporación de algunas técnicas culinarias y la afición por algunos rubros farináceos como el ocumo, el ñame y el quimbombó[13]. Así, podemos hablar de la influencia africana en nuestra alimentación llanera, por ejemplo, el arte de fritar o de sofreír: una técnica de cocina, que los africanos introdujeron a Hispanoamérica[14] a través de las cocineras o cocineros que bajo el manto de la esclavitud ejercían dichos oficios en las casas de sus amos y en las diferentes unidades de producción. Al respecto podemos mencionar: el "sofrito", la condimentación de los hervidos, el asado a fuego directo, el uso de las hojas de plátanos para envolver los alimentos, el predominio de grasas en la preparación de salsas y guisos, y la utilización del coco en muchos platos y dulces[15].
Como en el África, hasta hace poco tiempo, las mujeres campesinas de nuestros pueblos usaban el pilón y molinos de piedra para moler maíz. Los pilones, las cucharas y los vasos de totuma eran fabricados por artesanos de color moreno y forman parte de la cultura afrovenezolana[16].
Otro elemento de africanidad o africanismo son los topónimos africanos que está ligada a la influencia cultural de los esclavizados que emigraron de manera forzosa a Venezuela. Algunos son sencillamente identificables, en la mayoría topónimos afrollaneros[17] como en el caso de la palabra Canguango. Otros, como Mocundo, que no son voces tan fáciles de interpretar y reelaborar en su significado correcto. En un estudio histórico, habríamos encontrado influencias lingüísticas bantús en la toponimia de la región de Ortiz y Tiznados, dos áreas culturales donde se consigue el mayor número de nombres africanos[18].
Los topónimos africanos constituyen el tercer elemento del origen de la toponimia venezolana. Son parte de un proceso histórico del poblamiento del país; y se tratan de un basamento lingüístico esencial para el estudio y sistematización de los nombres de lugar. Su influencia, en nuestra lengua, se debe a la trata esclavista, cuando un gran número de personas vinieron de varias localidades de África, trayendo consigo su modo de hablar y vivir: sus dialectos propios y sus costumbres.
Como se ve, desde la toponimia, existe una riqueza de africanismos llaneros. Muchos, hasta ahora identificados, podrían requerir de una investigación más multidisciplinaría. Un análisis profundo más allá de una relación directa con África. Interpretar las huellas de africanidad de un sitio o lugar podría explicar el significado del proceso de emigración forzada de africanos a nuestras tierras y su implicación en los aspectos del llano y nuestra cultura material.
Los africanos fueron fundadores de pueblos, sitios y caseríos[19], surgidos de poblaciones volantes o cimarronas, en su mayoría ubicadas en zonas alejadas de los centros urbanos. Son comunidades que nacen como parte de numerosos actos valientes, desesperados, y determinados por los descendientes africanos en su búsqueda de libertad y auto-determinación. Desde la época colonial, el nombre de cumbes, rochelas o patucos designaba a los caseríos de negros, indios, sambos, mestizos, pardos y blanco fugitivos[20] A menudo estas conglomeraciones no eran habitado sólo por negros ex-esclavos, sino que se constituía en el epicentro de otros seres oprimidos y marginados, como los indígenas, zambos y mulatos. Mendoza (2005) señala que “en la Sección Gobernación y Capitanía General del Archivo General de la Nación (AGN) se constata la presencia, en los llanos, de numerosas rochelas conformada por indios, zambos, y negros esclavos fugitivos, que acosaban centro poblados, haciendas y hatos, practicaban el contrabando, el abigeato y la sustracción de frutos…”[21]
La documentación, en los distintos repositorios, está repleta de información de resistencia africana en la Provincia de Caracas, incluyendo motines, fugas, conspiraciones, rebeliones, y cumbes. Por ejemplo, la constitución de rochelas y cumbes en los llanos de Guárico y Apure son, desde la perspectiva de las huellas de africanías, portadoras de un conjunto de elementos culturales propios de quienes la conformaron. En esos espacios se desarrollaron procesos de culturales de hibridación y mestizaje[22].
Finalmente, el estudio de los africanismos podría hacer previsible una revisión y un proceso de ruptura epistémica con algunos de nuestros referentes que siguen basados en nociones netamente eurocentristas.

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Referencias

[1] RAMOS GUÉDEZ, JOSÉ MARCIAL (2001). Contribución a la historia de las culturas negras en Venezuela colonial. Caracas: Instituto Municipal de Publicaciones- Alcaldía de Caracas, p.
[2] Merville Herskovits (1895-1963), nacido en Ohio de padres judíos que emigraron de Europa a los Estados Unidos, fue un estudiante de Elsie Clews Parsons (1875-1941), Alexander Goldenweiser (1880-1940), y Thorsten Veblen (1857-1929) en la New School for Social Research, y de Franz Boas (1858-1942) en la Universidad Columbia donde hizo su doctorado bajo la tutoría de Boas
[3] HOLLOWAY, JOSEPH E (1991): Africanisms in American Culture (Bloomington and Indianapolis: Indiana University Press), ix.
[4] NAVARRETE, MARÍA CRISTINA (1977).Génesis y Desarrollo de la Esclavitud en Colombia Siglos XVI y XVII. Bogota: Programa Editorial., p.20
[5] Ídem.
[6] RODRÍGUEZ, ADOLFO (2006, 29 Mayo): La Cultura Afrollanera en la formación de los llaneros. Conversatorio sobre influencia Árabe y Africana en Venezuela. Caracas: Universidad Bolivariana de Venezuela.
[7] RODRIGUEZ, (1981): El Hato Tradicional Llanero. Resultado de una Investigación Exploratoria. San Juan de los Morros: Ediciones Sabanera del Centro de Estudios del Llano. Universidad Rómulo Gallegos.
[8] PEREZ, JOSÉ OBSWALDO (2006). ob.cit.
[10] SCHAFFER MATT (2005): Bound to Africa: The Mandinka Legacy in the New World. History in Africa 32, p 321–369; POLLITZER, WILLIAM S (1999). The Gullah People and Their African Heritage. Athens, GA.
[11] ALVAREZ NAZARIO, M. (1990). El habla campesina del país: orígenes y desarrollo del español en Puerto Rico. Río Piedras, Puerto Rico: Editorial de la Universidad de Puerto Rico.
[12]ÁLVAREZ D’ ARMAS, ARTURO (2005, 12 de abril): Africanismo en estado Apure, en Visión Apueña, Diario Antena , p 6.
[13]
[14] HOLLOWAY, JOSEPH E (1991): Ob. cit.
[15] RAMOS GUEDEZ, JOSE MARCIAL (2001). Ob. cit, p 197
[16] POLLAK ELTZ, ANGELINA (2005). Afrovenezolanos. Caracas: Editorial Tecnocolor.
[17] El concepto ha sido desarrollado por el investigador Arturo Álvarez D´Armas y el mismo esta asociado a la cultura desarrollada por los afrodescendientes de los esclavos africanos traídos a los llanos de Colombia y Venezuela.
[18] PEREZ A, JOSE OBSWALDO (2006).
[19]ACOSTA SAIGNES, MIGUEL (1961, Septiembre): Los Topónimos: un Problema de Historia, Lingüística, Folklore y Geografía. En GEA. Caracas. No.2. pp 137-162.
[20] Rodríguez, 1994).
[21] MENDOZA, IRMA (2005) "Presencia de la mano de obra esclava de origen africano en el Guárico Colonial. Siglo XVIII" En: Resonancias de la Africanidad. Caracas: Fondo Editorial Ipasme, p 14
[22] Este concepto ha sido sugerido por la antropóloga Nina S. Friedemann y los historiadores Sidney Mintz y Richard Prince Ver PEREZ A, JOSÉ OBSWALDO. Ob. Cit

*Periodista, cronista e historiador venezolano.

jueves, 17 de julio de 2008

COLOQUIO DE HISTORIA DE VENEZUELA EN HOMENAJE A LA HISTORIADORA IRMA MENDOZA (San Juan de los Morros, 11 de julio 2008)

APORTES HISTÓRICOS PARA UNA BIOGRAFÍA
DE MONSEÑOR RAFAEL ÁNGEL CHACÍN SOTO
(Sabana de Mendoza, Edo. Trujillo, 02/02/1910 – (+) Valle de la Pascua, 19/04/1993)




Felipe Hernández G.*




A Irma Marina Mendoza, amiga y compañera de sueños, historiadora de altos quilates, admiradora de la recia personalidad y de la obra sacerdotal y educativa de Monseñor Rafael Chacín Soto, quien tanto hizo y dio por el Guárico, por la ciudad de Valle de la Pascua y por su gente de manera especial.

Este insigne sacerdote andino, nació en Sabana de Mendoza, municipio Betijoque del estado Trujillo, el 02 de febrero de 1910 y murió a los 83 años de edad, en la ciudad de Valle de la Pascua, estado Guárico el día 19 de abril de 1993.
Cursó sus estudios primarios en el Colegio Santo Tomás de Aquino y en el Instituto Pestalozziano “Johann Heinrich Pestalozzi” de Maracaibo estado Zulia, y la culminó en su estado natal, el Colegio Santo Tomás de Aquino, de Valera. La secundaria la cursó en el Seminario Conciliar de Mérida. Realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Caracas, y en Colombia, en el Seminario de Pamplona. Su formación universitaria la realizó en Bélgica, en la Universidad de Lovaina, y en Roma, Italia, en la Universidad Gregoriana y en el Institutum Angelicum, así como en la Universidad del Sacro Cuore de Milán.
Inició su labor sacerdotal como párroco en Pampán, estado Trujillo. La prosiguió en la población de La Unión de Barinas, para pasar luego al estado Guárico, primero a Altagracia de Orituco y después a Valle de la Pascua, ciudad que hizo suya, combinando su apostolado sacerdotal con el quehacer social, educativo, deportivo, cultural, de cronista, de escritor, de luchador comunitario y de ejercicio de la caridad pública. En esta ciudad, donde ejerció hasta su muerte, supo ganarse la más alta estima de la población guariqueña, y en especial la de Valle de la Pascua. Sus restos están enterrados en la Santa Iglesia Catedral Nuestra Señora de la Candelaria, como siempre fue su deseo.
El Padre Chacín (como le conocimos todos quienes fuimos sus alumnos y le tratamos), es descrito por Manuel Soto Arbeláez como un “hombre alto, moreno, con voz poderosa”, a quien considera José Antonio De Armas Chitty como un “hombre llano y preocupado, de entusiasmo que contagia…historiador amigo, [el] doctor Rafael Chacín Soto, es un andino que ya ganamos para nuestra tierra del Guárico”.
Como sacerdote combinó el ejercicio pastoral con la militancia política, afianzando sus ideas en los postulados de la socialdemocracia, razón por la cual en los años 50, se incorporó activamente a la lucha clandestina, en la búsqueda del derrocamiento de la dictadura perezjimenista, lo que le trajo como consecuencia que se desatara contra él una feroz persecución en su estado natal. Por ese motivo fue desterrado, tocándole peregrinar en su ejercicio pastoral por tantos pueblos, hasta llegar a Valle de la Pascua, donde decidió residenciarse para siempre, diciendo con orgullo que “era un “Vallemetido”, que aquí moriría y aquí debía ser enterrado”, como en efecto se hizo. En todos estos destinos dejó grabada la impronta de su recia personalidad, de sus desvelos por la cultura, de sus afanes por la investigación histórica, y de su segunda gran vocación: la educación.
En ese contexto, puede decirse, que las la vida del Padre Chacín estuvo marcada por su formación humanística y el espíritu de libre análisis de los fenómenos sociales que caracterizan el tiempo histórico que transitaba la Venezuela que le toco vivir.
Este insigne ministro eclesiástico fue Vicario Episcopal desde el año 1974 hasta su muerte. Además desempeñó una prolongada y fecunda labor docente por más de cincuenta años. En ese sentido, fue profesor en el Seminario de Mérida, y en Santa Cruz de Mora estado Mérida; en el estado Trujillo trabajó en el Liceo Cristóbal Mendoza y fue el fundador del Instituto Trujillo. En el Guárico, prestó servicios docentes en el Liceo “Ramón Buenahora” de Altagracia de Orituco, y en Valle de la Pascua fue profesor de Filosofía y Psicología en el Liceo “José Gil Fortoul” durante muchos años. También fue catedrático de diversas asignaturas en las Escuelas Normales de ese entonces, entre ellas la “Monseñor Arturo Celestino Álvarez”, la “Simón Bolívar” y en el Colegio Nazaret “Nuestra Señora del Valle”. También fue fundador y director del Colegió Militarizado “Juan Germán Róscio”, donde laboró y mantuvo hasta su muerte. Desde el año 2005 ese Colegio es una institución pública que lleva por nombre Liceo Nacional “Monseñor Rafael Chacín Soto” en gesto de homenaje recordatorio a su fundador y primer director. También fue profesor de Lógica, Matemática y Lenguaje y Comunicación, en el Instituto Universitario de Tecnología de los Llanos.
Escribió y publicó las siguientes obras: La Escuela Confesional (que fue su tesis doctoral), impresa en la Tipografía del Vaticano; Voces y Papeles de Ayer; Orígenes de Valle de la Pascua, publicada por la directiva de la III Feria de la Candelaria, en 1972; Historia de la Diócesis de Calabozo; Guárico. Provincia Escalada de Plenitud; y Breve Noticia de San Rafael de Orituco, entre otras. También fue autor de significativos y variados folletos sobre diversos temas y tópicos; desempeñó una importante labor periodística. Descolló por sus dotes de excelente orador, siendo autor de más de cien discursos. Músico y compositor afamado, siendo una de sus composiciones más famosas la titulada “Mi caballito se fue”. Fue el primer cronista oficial de la ciudad de Valle de la Pascua.
Monseñor Rafael Chacín Soto desplegó una labor social diversa y provechosa. La configuran los siguientes hechos: Fundador del Instituto Trujillo, e iniciador de la Escuela Rural de Cooperativa Agrícola, en la Unión de Barinas. En Valle de la Pascua, se le reconoce como el fundador del sector “La Concordia”, de la Iglesia Cristo Rey, y del Banco de Sangre. Presidió la Fundación que se constituyó en pro de la creación del Instituto Universitario de Tecnología de los Llanos (Funda-IUT), presidente de la primera junta directiva del Festival Nacional Folclórico Infantil Cantaclaro; representante de Cháritas de Venezuela en Valle de la Pascua, fundador y presidente honorario de Fundahospital Rafael Zamora Arévalo.
Fue el Padre Chacín un ferviente admirador de la vida militar y castrense. Entre sus actividades militares conviene destacar las siguientes: Capellán de la Guarnición del estado Trujillo en 1945; Capellán jefe de la zona occidental de Venezuela entre los años 1946 y 1948. Asimilado como Capitán en 1946; Capellán interino y después titular del Fuerte Arichuna (Roblecito) entre 1974 y 1975.
En el ámbito deportivo, Monseñor Rafael Chacín Soto también tuvo una destacada actuación. Fue fundador y presidente de la Liga de Basket-Ball en el entonces distrito Infante, también en Valle de la Pascua fue fundador del Club de Esgrima, miembro honorario de la Liga de Soft-Ball y presidente honorario de los Séptimos Juegos Internúcleos Rurales de la Zona Educativa y de la Dirección de Educación y Cultura del estado Guárico.
Entre las condecoraciones y reconocimientos de que fue objeto, destacan: En 1964, Orden 27 de Junio en su primera clase, otorgada por el Ministerio de Educación, por sus 30 años de servicio ininterrumpidos; en 1975, Orden Mérito al Trabajo en su primera clase; en 1977, Orden Francisco de Miranda en su segunda clase; Orden Andrés Bello; Condecoración Don Ricardo Montilla, otorgada por la Gobernación del estado Guárico, Botón Honor al Mérito, otorgado por el Ministerio de la Defensa el 03 de febrero de 1988, por la labor prestada como capellán en el Fuerte Arichuna, Condecoración Ciudad de San Fernando en su primera clase, el 23 de febrero de 1988; Orden Francisco Lazo Martí en su primera clase, en mayo de 1988; reconocimiento de Aveprin, 01 de mayo de 1989, entre otras.
A su cristiana sepultura, el día 21 de abril de 1993 en la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria de Valle de la Pascua, asistieron el Presidente de la República, señor Carlos Andrés Pérez, el expresidente de la República, doctor Luis Herrera Campins, el senador Juan Moisés Padra; el candidato presidencial del Acción Democrática, Claudio Fermín; el Gobernador de Caracas, doctor Antonio Ledezma, y el gobernador del estado Guárico doctor José Antonio Malavé Risso, así como las más altas jerarquías eclesiásticas del país para ese entonces, entre otras personalidades.
Correspondió al Obispo de la Diócesis de Valle de la Pascua, doctor Joaquín José Morón Hidalgo, oficiarle los santos oleos.
Las notas periodísticas que se escribieron señalaban, que Valle de la Pascua entera se vistió de luto por la muerte del cura, el educador, el luchador social y el amigo. Se calcula que más de 50 mil personas desfilaron ante el féretro expuesto en la Iglesia Catedral, para darle el último adiós al Padre Chacín y pedirle la bendición.


De izquierda a derecha: el Obispo Manuel Antonio Salas, el Papa Juan XXIII

y Monseñor Rafael Chacín Soto (vestido de negro)

En la nota de duelo que publicó el señor Juan Moisés Padra, como Senador por el estado Guárico, para ese entonces, se lee: “Ministro de Dios que prestó invalorables servicios a la comunidad guariqueña, y fue protagonista fundamental de nuestro término en los últimos 30 años. Nos duele profundamente la muerte de este hombre que vino desde lejos a servirle a la gente”.
A manera de conclusión se puede afirmar, que Monseñor Chacín Soto supo combinar el trabajo reflexivo y pastoral de su ministerio eclesiástico, con el de “hacer historia sobre el terreno”, debido a su decidido patriotismo, a sus arraigadas convicciones democráticas y a la comprensión espiritual que tenía de los fenómenos sociales y políticos de nuestro país. Esta conducta racional, queda suficientemente esclarecida en todas sus acciones, como testimonio de su hacer y su pasión por Valle de la Pascua, por el Guárico y por Venezuela.
Finalmente, considero que al Padre Chacín se le puede aplicar aquella máxima que dice: Los héroes son las personas que hacen aquello de lo que están convencidos, a pesar de las consecuencias”. Para honrar su memoria, en Valle de la Pascua llevan su nombre como epónimo: una urbanización, un liceo, una avenida, un centro APEP y el auditorium del IUT de los Llanos.

REFERENCIAS

ALMEIDA, Alí. (1993) Monseñor Chacín Soto: Un tránsito de vida que se quedará en nosotros. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, miércoles 21 de abril de 1993. Pág. 3.
ESTEVEZ, Raúl. (1993) En Valle de la Pascua. Hoy vuelve a la tierra el Padre Chacín: Pedagogo que deja profunda huella en todo el Estado Guárico. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, miércoles 21 de abril de 1993. Pág. 3.
CAMERO VELÁSQUEZ, Facundo. (1996) Dos Vallemetidos. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, domingo 19 de mayo de 1996. Pág. 4.
CHACÍN SOTO, Rafael (Pbro.) (1985) Valle de la Pascua. Fenicia y Atenas del Guárico. Maracay: Diario El Siglo, 10 de febrero de 1985. (Ferias de la Candelaria 1996).
DE ARMAS CHITTY, José Antonio. (1972) Un valioso trabajo del Padre Chacín (Prólogo). En: CHACÍN SOTO, Rafael. (1972) Orígenes de Valle de la Pascua. Publicación de la III Feria de la Candelaria. Caracas: Servicios Venezolanos de Publicidad.
FLORES, Misael. (1993) El Padre Chacín: Activo Deportista. Valle de la Pascua: Periódico El Reportero, mayo de 1993. II Etapa Nº 8.
FLORES, Misael. (1993) Murió Monseñor Rafael Chacín Soto. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, miércoles 21 de abril de 1993. Pág. 2.
MOISES PADRA, Juan. (1993) Monseñor Rafael Ángel Chacín Soto (q.e.p.d.) (Nota de Condolencia y Pésame). San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, miércoles 21 de abril de 1993. Pág. 5.
(PS). (1993) Hoy vuelve a la tierra Monseñor Chacín. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, miércoles 21 de abril de 1993. Pág. 2.
SÁNCHEZ TORREALBA, José. (1990) Datos Biográficos de Monseñor Doctor Rafael Chacín Soto. (h/s)
SÁNCHEZ TORREALBA, José. (1996) Monseñor Chacín: El Pastor de Almas, El Educador. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, martes 19 de marzo de 1996. Pág. 6.
SÁNCHEZ TORREALBA, José. (1996) Monseñor Chacín Orador. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, domingo 17 de marzo de 1996. Pág. 4.
SOTO ARBELÁEZ, Manuel. (1993) El Padre Chacín. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, jueves 05 de agosto de 1993. Pág. 5.

A MANERA DE EXORDIO

¿POR QUÉ HABLAR DEL PADRE CHACÍN EN EL COLOQUIO REALIZADO EN HOMENAJE A LA DOCTORA IRMA MENDOZA?

El tema del que les voy a hablar en este Coloquio fue escogido emotiva y racionalmente por mí, por varias razones. Cuando el amigo Arturo Álvarez D’Armas me llamó telefónicamente para invitarme a participar en este Coloquio de Historia de Venezuela en Homenaje a la Doctora Irma Marina Mendoza, y después cuando me envió vía e-mail la invitación, me plantee varios temas sobre los cuales escribir una ponencia que fuese de interés y del gusto de la homenajeada, incluso Arturo como hombre conocedor, me llegó a sugerir algunos posibles temas. Dudé mucho, y en mis reflexiones vino a mi memoria el recuerdo de algunas conversaciones con Irma, donde me había expresado su interés por la vida y obra de Monseñor Rafael Chacín Soto, su apostolado, su labor pedagógica, su obra cumbre: Orígenes de Valle de la Pascua, su amor por el Guárico y especialmente por la ciudad de Valle de la Pascua y su gente, donde se le recuerda con cariño y con respeto, donde es célebre la palabra “Vallemetido”, creada y acuñada por el Padre Chacín, por considerarse un vallepascuense aún cuando no nació en esta población, que hizo suya y a la que tanto dio, lo que hace que hoy sus enseñanzas y su legado se mantenga vivo en el recuerdo y en la memoria de los habitantes de esta pujante población del nororiente del Guárico.
Recordé que en el desarrollo del curso: Seminario de Trabajo Especial de Grado de la maestría en Historia de Venezuela coordinada por Irma, que la Universidad Rómulo Gallegos dictó en Valle de la Pascua, nos llamaba la atención que ninguno de los setenta y tantos proyectos de investigación que presentaron los participantes, estuviese alguno dirigido a estudiar algo sobre el Padre Chacín. Me expresaba Irma, que sobre este polifacético sacerdote se había escrito y estudiado muy poco, especialmente sobre su personalidad y su obra, así como sus aportes a Valle de la Pascua y al Guárico. Que era una deuda pendiente por saldar.
Con esta ponencia, creo que estoy atendiendo el justo reclamo y la preocupación de la amiga, la profesora, la historiadora Irma Mendoza, y además estoy dando un pequeño aporte sobre la vida y obra del noble Padre Chacín, que puede ser una modesta contribución a esa biografía con la que reconozco que seguimos estando en mora.
Felipe Hernández G.
Valle de la Pascua, 06 de julio de 2008.

Fotografía del ponente fue realizada por Arturo Álvarez D'Armas. La fotografía en blanco y negro fue suministrada por el ponente.

*Historiador y Profesor Titular. UNESR. Núcleo Valle de la Pascua.

COLOQUIO DE HISTORIA DE VENEZUELA EN HOMENAJE A LA HISTORIADORA IRMA MENDOZA (San Juan de los Morros, 11 de julio 2008)

PROYECTO PRESENTADO EN CONCURSO DEL C. N. H.: Los Pardos y los Blancos de Orilla en la Construcción de la Iglesia del Carmen de Calabozo, Estado Guárico. 1790-1810
(TEMA: Sectores Sociales Históricamente Excluidos)




Ubaldo Ruíz*












FORMULACIÓN DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

La Villa de Todos los Santos de Calabozo se formó durante el transcurso del siglo XVIII en un período de la historia de Venezuela signado, como es sabido, por una marcada estratificación de la sociedad, entre otras características. En algunos estudios históricos se puede apreciar la actividad desplegada por los diversos grupos sociales en el seno de ciertas ciudades venezolanas en aquella centuria. Gil Fortoul (1978) relata cómo en la Caracas de finales de la colonia cada grupo social tenía su propia iglesia en donde practicar el culto católico.
Dentro de los diferentes grupos sociales (como los define Brito Figueroa (1978) p.352), o sectores sociales, existentes en la Venezuela colonial, se ha escogido como tema para una futura investigación, el conformado por los denominados Pardos y los Blancos de Orilla que hacían vida en la entonces Villa de Todos los Santos de Calabozo, durante las dos últimas décadas del período colonial venezolano, es decir, durante un periodo que abarca los últimos diez años del siglo XVIII y los primeros diez del XIX.

La Villa de Calabozo, para el momento señalado se destacaba en el ámbito de los Llanos venezolanos por la importante actividad económica de la cual era centro, y que estaba definida por la producción y el comercio ganaderos. Humboldt (1991) la calificó en 1800 como de “pequeña ciudad muy comercial”; el historiador Alemán Gerar Masur (1977) la catalogó como “capital de la región que aprovisionaba a Caracas” para el periodo en cuestión. En esta Villa llanera se concentraba un importante grupo de propietarios de hatos ganaderos; y dentro de esos propietarios se encontraban algunos Blancos de Orilla y Pardos.
La actividad de los grupos o sectores sociales de los Pardos y los Blancos de Orilla de la Villa de Calabozo durante el periodo en estudio se puede colegir a través de la erección de dos templos cuya edificación se inició en aquellos tiempos. En la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes se percibe la participación de esos sectores sociales pues en los documentos de la época, consultados por Ruiz (2007) se refiere a los vecinos con cuyas limosnas se levantaba el inmueble, como de “gente pobre, ruda e ignorante”, y de “indigentes y faltos de decencia”; y en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, su constructor, Don Demetrio Montiel, de profesión Escribano, renunció el cargo en su hijo, llamado José Antonio Montiel, quien no pudo ejercerlo de inmediato ya que se le acusaba de portar el “defecto” de Pardo.
Debido a que el proceso de construcción de la Iglesia de las Mercedes ya ha sido trabajado, se propone efectuar una investigación documental referida a la actividad de los Pardos y de los Blancos de Orilla en la Villa de Calabozo en las dos últimas décadas del periodo colonial venezolano, entre 1790 y 1810, a través del proceso de construcción del Templo de Nuestra Señora del Carmen.

ESTADO ACTUAL DEL CONOCIMIENTO ACERCA DEL TEMA

En lo referido a la actividad de los Pardos en la antigua Villa de Calabozo es muy poco lo que se sabe. El autor que hasta el momento ha aportado mayor información es Lucas Guillermo Castillo Lara (1996), en su obra Villa de Todos los Santos de Calabozo. El Derecho de Existir Bajo el Sol. En el capítulo V, titulado “Los valiosos cuadernos de Datas”, hay referencias a otorgamientos de tierras para varias personas denominadas Pardos. En el capítulo XV cuyo título es “Título, dignidad y escudo de Villa libre y eximida”, se relata cómo los Pardos intentaron participar en el Cabildo recién erigido, y pretendieron construir iglesia aparte.
La actividad de los Blancos de Orilla se infiere a partir de Edgardo Mondolfi Gudat (2005), en su Biografía de José Tomás Boves; allí, se refiere este autor al “importante núcleo de canarios ya avecindado en Calabozo y reputado en toda la región por su carácter industrioso”. Se sabe que los canarios se residenciaron en muchos lugares de Venezuela en aquellos tiempos, como los Llanos de Guárico.
En cuanto a la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Calabozo, localizamos un testamento de 1801 en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas, perteneciente a Don Demetrio Montiel; allí éste declara que es mayordomo del Carmen, y constructor del templo, con ayuda de limosnas de varios feligreses. Aunque no se tiene información del grupo social al cual pertenecía Montiel se sabe, por información de Nieves Avellán de Tamayo (1994) en su obra Los Escribanos de Venezuela, que un hijo suyo, de nombre José Antonio portaba el “defecto” de ser Pardo.

METODOLOGÍA, TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS DE LA INVESTIGACIÓN

Al abordar la Metodología que guiará la investigación proyectada, es de capital importancia considerar que en la actualidad, y desde hace varios decenios, las concepciones modernas de la ciencia en general, y de las ciencias sociales en particular, se han venido transformando, al punto de considerare que en estos momentos vivimos una crisis paradigmática, que estamos en el umbral de una nueva época, el Posmodernismo. De acuerdo con Martínez (1997) “estamos ante una crisis de los fundamentos del conocimiento científico, … del filosófico y, en general, ante una crisis de los fundamentos del pensamiento”. Eso es importante considerarlo, puesto que a la luz de esos razonamientos ya no se habla de un método científico, sino de multiplicidad de métodos de investigación en el campo de las ciencias sociales.
Tomando como base la afirmación de Martínez (1997), referida a la necesidad actual de construir un nuevo paradigma que permita interpretar las necesidades de los tiempos posmodernos, seria licito hacer una propuesta metodológica cuya esencia sea determinada por los propios requerimientos del trabajo que se planea abordar. Ya decía el gran Einstein “El investigador científico debe aparecer ante el epistemólogo sistemático como un oportunista poco escrupuloso”. Citado por Feyerabend (1974).

Si la pretensión es asignarle una sólida base argumental a los procedimientos a seguir durante la realización de la investigación proyectada, a fin de conducirla por caminos provechosos, seria útil tener presente el concepto de Paradigma que han elaborado Hurtado y Toro (1998), para quienes este viene a ser “una estructura coherente constituida por una red de conceptos, de creencias metodológicas y teóricas entrelazadas, que permiten la selección y evaluación crítica de temas, problemas y métodos”. Consecuencialmente, si partimos del criterio de que “el análisis de los diversos procedimientos concretos” permite “la selección y evaluación crítica de temas, problemas y métodos”, estaremos en posición de plantear con libertad los criterios utilizados para abordar metodológicamente la presente investigación.
Es importante considerar la argumentación anterior pues existe la tendencia a creer que una investigación consiste solamente en la recopilación de datos, y que en ello está la clave para comprender los procesos históricos. Aunque se pretendan superados, los presupuestos epistemológicos especulares del positivismo decimonónico aún siguen vigentes en muchos investigadores; ya Bloch (1952) había afirmado que la literatura no era representación de la realidad, “por lo menos no lo es de ninguna manera en el sentido en que el espejo expresa el objeto reflejado”. El mismo Bloch (1952) aseguró que “Los textos, o los documentos arqueológicos, aun los más claros en apariencia y los más complacientes, no hablan sino cuando se sabe interrogarlos”. Por eso la importancia de definir bien los criterios a manejar en el diseño de esta investigación, puesto que tales definiciones metodológicas son las únicas que pueden conducirla por un sendero pertinente, ya que, como sostiene Aróstegui (1995), “sólo el propio proceso de investigación va perfilando esas definiciones”.
Tomando como base los criterios establecidos se consideran de suma utilidad los postulados metodológicos aportados por la escuela de los Annales, principalmente la propuesta de la historia problema. Aróstegui (1995) afirma que una de las grandes aportaciones de Marc Bloch es “la que se conceptualiza como “historia – problema” frente a “historia – relato”. La obra de historia pasa a ser “temática” y no meramente descripción de secuencias cronológicas”.
La investigación proyectada está referida a la reconstrucción de la actividad de ciertos grupos sociales en un lugar y un tiempo definidos; en ese sentido la pretensión está muy lejos de “descubrir” y relatar los hechos “tal como ocurrieron”. Se partirá de otro postulado de los Annales, que es el saber “interrogar” las fuentes, tal como recomendaba Bloch, para intentar la explicación de un problema de investigación.
En cuanto a las técnicas a utilizar, se destaca, que por ser esta una investigación histórica, cuyo problema se ubica cronológicamente entre los siglos XVIII y XIX, estas tienen que ver fundamentalmente con revisión documental y bibliográfica, aunque se deben considerar otras fuente, tales como las arqueológicas, por la riqueza de edificaciones del periodo que subsisten en la actual ciudad de Calabozo; entre ellas se incluyen las propias iglesias coloniales, además de numerosas casas y objetos; igualmente se puede contar con testimonios orales de integrantes de viejas familias calaboceñas, que guardan una importante tradición oral.
Para el análisis documental es útil considerar lo planteado por Peña (2000), quien estima que como legado del Positivismo, que mantiene vigencia, están la crítica a los documentos escritos. Marc Bloch, en su celebérrima obra Introducción a la Historia, ilustra magistralmente su propuesta de crítica histórica.

RESULTADOS Y PRODUCTOS ESPERADOS

En una primera etapa de la investigación proyectada se completará una indagación bibliográfica, ya parcialmente realizada; ello permitirá ampliar la visión del problema formulado, al profundizar en el estudio de las actividades realizadas por los sectores sociales Pardos y Blancos de Orilla en el ámbito de la Venezuela de finales del periodo colonial, y probablemente en algunos lugares de los Llanos; igualmente durante esta etapa se indagará en fuentes orales ubicadas en la ciudad de Calabozo y que puedan aportar información relevante para comprender los procesos relacionados con lugares, acontecimientos y personajes calaboceños del periodo en estudio; también se recorrerán los lugares que pudieron ser escenarios de la acción de los individuos que vivieron en Calabozo durante el tiempo estudiado, de allí se tendrá una visión de las edificaciones y de los objetos, como la imagen de la Virgen del Carmen, para intentar establecer si es la misma elaborada en la última década del siglo XVIII. Esta etapa se propone para el mes de agosto y primera quincena de septiembre de 2008, y con las conclusiones obtenidas se tendrá la información para la elaboración de un artículo científico que pudiera publicarse en revista nacional o internacional.
A partir de la segunda quincena del mes de septiembre, y durante seis meses, hasta marzo de 2009, se realizará una indagación documental en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas, de donde se espera obtener información de las matrículas Parroquiales del periodo, de ello se pueden establecer cuestiones como el número de Pardos y de Blancos de Orilla, y en cuál lugar (calle, etc) de la Villa tenían su residencia; igualmente si eran propietarios de casas, hatos, esclavos, etc; también en este repositorio caraqueño, mediante la consulta de otras Secciones, como Parroquias y Episcopales, se espera obtener información relativa a la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, y al nombramiento de Mayordomos de santos, iglesias, etc., y de allí se podrá inferir si los involucrados en ello fueron individuos pertenecientes a los Pardos y/o Blancos de Orilla, y cuál fue su relación con esos procesos.
Durante esta segunda etapa también se proyecta consultar el Archivo General de la Nación; en sus secciones referidas a materias de la colonia, como Cuestiones Sociales, la Iglesia y el Patronato Real, y otras, se pueden establecer asuntos relativos a la actuación de los sectores sociales en estudio, en sus relaciones con el Estado, la Iglesia, el Cabildo, el Comercio, la producción agropecuaria, los oficios realizados, los conflictos sociales, y otros, lo que sería fundamental para la reconstrucción de los procesos en los que actuaron los Pardos y los Blancos de Orilla de entonces. En la Académica Nacional de la Historia también se obtendrá información al respecto.
Al final de esta etapa se podrá tener la información que permita la participación del autor en conferencias o en eventos de carácter académico o divulgativo y también se estaría en capacidad de elaborar artículos divulgativos para prensa o revista divulgativa de historia o ciencias sociales.
Por último, en una etapa final, desde marzo hasta Julio de 2009, se propone la realización de actividades de organización y análisis de la información obtenida, y de redacción de una monografía susceptible de ser publicada como libro. En este periodo se expondrá en la redacción de ese trabajo la reconstrucción de los procesos que permitirán explicar la actividad de dos sectores sociales históricamente excluidos de la historiografía llanera, como son los Pardos y los Blancos de Orilla.

CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
























BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

AROSTEGUI, J. (1995) La Investigación Histórica. Teoría y Método. Barcelona,
España: Editorial Crítica.
AVELLÁN DE TAMAYO, N. (1994) Los Escribanos de Venezuela. Caracas:
Armitano Editores.
BRITO FIGUEROA, F. (1978) La Estructura Económica de Venezuela Colonial.
Caracas: Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central.
BLOCH, M. (1952) Introducción a la Historia. México: Fondo de Cultura
Económica. Breviarios.
CASTILLO LARA, G. (1996) Villa de Todos los Santos de Calabozo. El Derecho de Existir Bajo el Sol. Calabozo: Ediciones Fundación Carlos del Pozo.
FEYERABEND, P. (1974) Contra el Método. Barcelona, España: Editorial Ariel
GIL FORTOUL, J. (1978) Historia Constitucional de Venezuela. México: Editorial Cumbre. TOMO IX.
HUMBOLDT, A. (1991) Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente.
TOMO III. Caracas: Monte Ávila Editores.
HURTADO, I. y TORO, J. (1998) Paradigmas y Métodos de Investigación en Tiempos de Cambio. Valencia, Venezuela: Editorial Episteme.
LORETO LORETO, J. (1968) Lugares y Gentes de mi Pueblo. Caracas: Editorial Venegráfica, C.A.
MARTÍ, M. (1969) Documentos Relativos a su Visita Pastoral de la Diócesis de Caracas. 1771-1784. TOMO I. Libro Personal. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia.
MARTÍNEZ, M. (1997) El Paradigma Emergente. México: Editorial Trillas.
MASUR, G.(1977) Simón Bolívar. Barcelona, España: Círculo de Lectores.
MONDOLFI GUDAT, E. (2005) José Tomás Boves. Caracas: C.A. Editora El Nacional. Biblioteca Biográfica Venezolana.
PEÑA, L. (2000) Construyendo Historias. Orientaciones sobre Técnicas y Métodos de Investigación. Caracas: Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central.
RODRÍGUEZ, A. (2004) Calabozo Siglo XIX. San Juan de los Morros: Publicaciones del Rectorado de la Universidad Rómulo Gallegos.
RUIZ, U. (2007) Un Símbolo Calaboceño. Iglesia y Parroquia de Las Mercedes. 1795-1858. Caracas: Fondo Editorial Ipasme.
















FUENTES QUE SE CONSULTARÁN

DOCUMENTALES:

Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas.
Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Calabozo.
Archivo General de la Nación.
Archivo de la Academia Nacional de la Historia.

ORALES:

Entrevistas a Familias Calaboceñas.
Entrevista al Cronista de Calabozo.
Entrevistas a Personajes de Calabozo.

ARQUEOLÓGICAS:

· Las Iglesias Coloniales de Calabozo.
· El Casco Histórico de Calabozo.
· Los Objetos de las Iglesias Coloniales de Calabozo.
· Los Objetos de las Casas Coloniales de Calabozo.

Foto del ponente fue tomada por Arturo Alvarez D'Armas. Las fotografías de la iglesia Del Carmen fueron suministradas por el ponente.

*Docente e historiador venezolano (Calabozo, estado Guárico)

martes, 15 de julio de 2008

ESTA CASA NUEVA

TIBISAY VARGAS ROJAS*










A “EL TAQUE”

Esta casa nueva

no es un cuarto
un solo cuarto

aquella
para temblar de frío de miedo
con los truenos

un solo miedo
todos

vamos de una vez a dormir como las vacas
todas allá duermen

Aquí soñamos.


PUEDE SERLO AHORA

Esa casa lejanísima
de San Juan de los Morros
la vía de Los Llanos

no quiero ir abuelo

te la pasas recorriendo

detrás de la puerta escondo mi miedo
los grandes ojos pensándote
de catorce años
la sombra de tu jeep
se estaciona

porque el llano era tu asunto
no mío.


VAIVEN

Dejo
los hicos
para el regreso.

MASCADA

Ya sacamos todo
de adentro
sólo queda el porsiacaso en la puerta
cuelga
un trenzado de hojas muertas

si no quieres
dame un trozo

desanuda
el corazón

amargo en la boca.

.....................................

Allá una palma sola
Resquebraja el sol

sobre la carne
esta carga
la bestia tiembla
y yo
arreo

tanto cuesta
un pedazo de sombra.


MUDANZA

No vamos a meter más cuñas
en el bahareque
todas las grietas despidieron
el recinto más guardado

hace tiempo

el sol quema bajo un techo
fácil de ser ceniza
con otro fuego.

.......................................


El Willys azul
capota lona

vamos a quitarle la costra de barro
con las uñas

¿por dónde habrá ido?

esta semana la tierra es roja
la otra fue amarilla… ¿Camaguán?

poco a poco
dije
un día no traerá costra
y nos van a doler las uñas
de olvido.


*Tibisay Vargas Rojas (Caracas, 1961) Licenciada en Educación, mención Lengua y Literatura (Universidad de Carabobo). Docente de educación media y universitaria. Ha publicado los poemarios Llana Palabra (1993), Pasollano (1993), De Humo y Sal (1998), Tachaduras (2000), Tema de Miseria (2002), Poemas Patacaliente, selección de poemas (2003) y De un Patio a Otro (2005). Galardonada con premios nacionales en poesía: IPASME (1992); “Rafael Rivero Oramas” M.E. (1997); tercer lugar Primer Concurso Nacional Interuniversitario de Poesía (1998); Primer Premio Concurso Interuniversitario de Poesía CUAM (2001), calificación para selección y publicación en el IX Concurso Nacional de Literatura Infantil “Miguel Vicente Patacaliente” de la Fundación Cultural Barinas (2003).
Los poemas publicados en el díptico “Esta casa nueva” son del libro Llana Palabra, 1993.

Viento del Sur Editores
Arturo Álvarez D´Armas
Teléfono: 0416-445-12-25
arturoalvarez176@gmail.com

domingo, 13 de julio de 2008

DISCURSO DE ORDEN EN HOMENAJE A LA PROFESORA IRMA MARINA MENDOZA

San Juan de los Morros, 11 de julio de 2008


Dr. José Marcial Ramos Guédez









Como ya señalamos, no se trata de ensalzar sin
tasa el pasado. No toda forma antigua fue mejor.
Pero para sustituir unos modos de vida por otros,
unas formaciones psicológicas por las que se
basen en nuevas concepciones creadoras, no se
puede comenzar por destruirlo todo, por dejar
vacías las personalidades, por desarraigar de las
actividades cuanto significó para ellas valores
tradicionales, dejándolas en el más absoluto va –
cío, en la desorientación, en la falta de propósito
unificados

Acosta Saignes, Miguel. La ceramica de
la luna y otros estudios folklóricos
. Caracas:
Monte Avila Editores, 1990. p. 21


Constituye para mí, una grata oportunidad la de saludar y agradecer la presencia de los estimados ponentes y del público en general, quienes nos acompañan en este Primer Coloquio de Historia de Venezuela en Homenaje a la Profesora Irma Mendoza. Docente e investigadora de la historia de nuestro país, con quien poseo una larga amistad iniciada en el año de 1972, cuando ambos compartimos las mismas aulas e inquietudes en la Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela. Asimismo, en la última década del siglo XX, de nuevo coincidimos en los estudios de postgrado en Historia en la Universidad Santa María, todo ello bajo la dirección del Dr. Federico Brito Figueroa y de un equipo de destacados docentes como Miguel Acosta Saignes, Alfonso Rumazo González, Manuel Pérez Vila, Juan Bautista Fuenmayor, Ramón A. Tovar, Nikita Harwich Vallenilla y muchos otros.
Nuestra homenajeada, nació en la ciudad de Caracas y se graduó de maestra normalista en la Escuela Normal Gran Colombia, 1962. Luego obtuvo el título de Profesora de Educación Media Mención Geografía e Historia en el Instituto Pedagógico de Caracas, 1966. También, culminó la escolaridad en la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela. Posteriormente, realizó sus estudios de postgrado en la Universidad Santa María : Especialista en Historia Económica y Social de Venezuela (1989), Magíster Scientiarum en Historia (1993) y Doctora en Historia (2003).
Irma Marina Mendoza, ejerció la docencia durante cuarenta (40) años en distintos niveles del sistema educativo venezolano: en Ciudad Bolívar, estado Bolívar, fue docente en los liceos Fernando Peñalver, Tomás de Heres y Adán Blanco Ledesma (nocturno) y en Caracas, Distrito Capital, en las unidades educativas Gran Colombia y Santos Michelena (nocturno). En sus efectos, es bueno destacar, que en el tiempo que permaneció como docente de secundaria, todos los años, fue condecorada como la Profesora del Año, tanto en los liceos antes mencionados como en el Distrito Escolar. En los momentos actuales, se desempeña como Profesora del Postgrado en Historia de la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos, estado Guárico. Además, no podemos olvidar, que fue Presidenta de la Junta Calificadora Nacional del Ministerio de Educación (1995-1998) y Secretaria de Educación del estado Guárico (1999- 2000). Asimismo, en reconocimiento a su excelente trabajo como docente, el Ministerio de Educación, le otorgó la Medalla 27 de Junio en primera y segunda clase.
Ahora bien, nuestra colega y amiga Irma Marina Mendoza, también ha cumplido una importante labor como investigadora en el campo de las ciencias históricas, en tal sentido ha hecho hincapié sobre temáticas tales como la propiedad territorial, esclavitud y abolición, los llanos , fundación y desarrollo de centros poblados como el de Nuestra Señora de la Encarnación de El Valle de la Pascua (Caracas), la Ciudad de Nirgua en la época de la colonia y muchos otros. Además, ha sido Miembro fundadora del Centro de Investigaciones Históricas del Llano Venezolano (San Fernando de Apure, estado Apure), el Centro de Estudios Afrovenezolanos (Caracas), activa colaboradora del Centro de Estudio del Llano de la Universidad Rómulo Gallegos (San Juan de los Morros, estado Guárico), ponente y conferencista en varios congresos, seminarios, coloquios y jornadas llevados a cabo en nuestro país y actualmente es Paleógrafa Oficial en el Archivo General de la Nación. E igualmente, no podemos olvidar, que varios de sus ensayos han sido publicados en libros y folletos y ha escrito numerosos artículos en los periódicos : La Prensa del Llano y El Nacionalista (San Juan de los Morros), El Suplemento Cultural – Ultimas Noticias (Caracas), El Periodiquito (Maracay), Diario Vea (Caracas), Boletín de la Academia Nacional de la Historia (Caracas), Anuario de Estudios Bolivarianos…Universidad Simón Bolívar (Sartenejas, Baruta, estado Miranda), Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Alcalá de Henares (España), etc.
La Profesora Mendoza, a lo largo de varias décadas ha elaborado y aprobado dos Tesis de Grado, la primera titulada : El significado de los pardos en Nirgua colonial ( Maestría en Historia, 1993) y Pueblos de doctrina, propiedad territorial y mayorazgo en los valles de Caracas: Nuestra Señora de la Encarnación de El Valle de la Pascua, 1620 – 1800 (Doctorado en Historia, 2003), en ambos trabajos, observamos el uso desde el punto de vista metodológico de la ciencia de la historia, como una ciencia basada en el criterio de totalidad y lo interdisciplinario; en sus efectos apreciamos una equilibrada combinación de la goehistoria con el enfoque étnico-cultural. Sin omitir, la utilización de fuentes primarias localizadas en el Archivo General de la Nación, el Archivo de la Academia Nacional de la Historia, el Archivo del Registro Principal del Distrito Federal, el Archivo Arquidiocesano de Caracas, el Archivo de la Asamblea Nacional, el Archivo del Registro Principal del estado Guárico y otros. Además, vemos que en sus numerosos ensayos y artículos publicados en revistas, boletines y periódicos tanto en Venezuela como en el exterior, predominan los estudios de historia regional y local, vida y obra de historiadores como Federico Brito Figueroa, Carlos Irazábal, José Antonio De Armas Chitty, Miguel Acosta Saignes, etc. Sin olvidar, el estudio que hizo con el suscrito, intitulado: José Silverio González y la abolición de la esclavitud en Venezuela, 1850- 1854. (Caracas, Universidad Santa María, Centro de Investigaciones Históricas 1990) e igualmente, su texto: “Presencia de mano de obra esclava de origen africano en el Guárico colonial siglo XVIII” En: Resonancias de la africanidad. Caracas : Fondo Editorial IPASME, 2005. pp. 7 – 18.
De acuerdo a la trayectoria ya conocida de nuestra homenajeada, podemos observar que ha dedicado la mayor parte de su vida a la actividad docente y a la investigación histórica, todo ello en el contexto de un compromiso y una militancia en pro de la grandeza de la nación venezolana, sin omitir sus constantes luchas en contra de las desigualdades económico-sociales y a favor de lo multiétnico y lo pluricultural.
Fotografías de Arturo Álvarez D'Armas.

sábado, 5 de julio de 2008

VIENTO DEL SUR EDITORES

Rosana Hernández Pasquier*



Publicar en hojas es todo un oficio. Este es el trabajo, que para la gloria de Dios, adelantan los queridos amigos y acreditados poetas Arturo Álvarez D’ Armas, quien es el coordinador de esta empresa, Tibisay Vargas Rojas y Jeroh Juan Montilla.

Esta editorial alternativa, Viento del Sur Editores, nació en el año 2003 con el objeto de difundir la poesía que se escribe en el estado Guárico.Desde la primera vez que vimos uno de sus dípticos nos dimos cuenta de la alta significación de este trabajo realizado además, como dice el dicho popular, por amor al arte. Y ciertamente es mucho el amor por la palabra el que exhiben estos amigos quijotes, porque nunca han recibido colaboración alguna de ninguna institución para sacar adelante las publicaciones.

De sus bolsillos de honrados trabajadores sale el dinero con el que han diseñado e impreso 16 publicaciones con los nombres y fragmentos de obras de poetas, no sólo de Guárico, Apure y Aragua, sino de casi todo el país, que no es poco decir.Además, debo expresar que Viento del Sur organiza el Festival Anual de la Poesía en Guárico y Apure.

Por una invitación a leer en ese festival, conocí a San Fernando de Apure. Entonces la inmensidad de ese llano se me fue metiendo de a poco por los ojos de ver, para reencontrarse con los de leer en los espacios y paisajes mirados en letra impresa: allí estaba, frente a mí, La Torraca. Ese hotel que nombra el poeta Igor Barreto. Sentí el vuelo de los cigarrones en esa chispa de candela del poeta y hermano Jesús Morín. Después, recostada a los barandales del malecón del río Apure, percibí a Gallegos, al bongo de su voz que remontaba de nuevo las aguas del Arauca.

Ha pasado el tiempo. Ahora, este año me manifestaron los editores su deseo de publicar algunos de mis poemas, lo cual me llenó de gran alegría, sobre todo porque no es fácil publicar. Hice una pequeña selección de un poemario que lleva por nombre Alforja de vocablos y la envié a mis amigos por correo electrónico.

Ser publicado en VIENTO DEL SUR EDITORES, sí, con mayúsculas. La edición consta de un millar de dípticos de los cuales ciento cincuenta son para el autor, el resto lo reparten en los pueblos de Guárico Apure, Aragua, fundamentalmente. Lo hacen a través de las bibliotecas, amigos y eventos relacionados con el arte y la creación. Además lo entregan en el resto de los Estados que conforman la geografía de este país. Lo envían también por correo electrónico a grupos, revistas, instituciones y amigos a por lo menos una docena de países.

El poeta Arturo Álvarez de Armas viajó cientos de kilómetros, es decir vino desde San Fernando de Apure hasta Maracay para hacerme entrega formal de la publicación, acompañado esto con el hermoso gesto de una invitación para almorzar justos.Una semana más tarde fue presentada la selección del poemario Alforja de Vocablos, Viento del Sur Editores, mayo de 2008, en la Sala de Bolsillo de la alcaldía de Roscio en la ciudad de San Juan de los Morros, Guárico.

Nos sentimos profundamente honrados de pertenecer a la colección de las publicaciones de esta editorial. Un esfuerzo sostenido, serio y profundamente humano y respetuoso del otro. Gracias por este trabajo que tanto dignifica y esperanza, amigos, gracias por Viento del Sur Editores.

*Poeta y editora venezolana (Villa de Cura, estado Aragua)

PRESENTACIÓN

Buenas, amigos navegantes de los mares y oceanos de la web. Somos "Viento del Sur", una editorial alternativa de la provincia venezolana. Hoy 5 de julio del año 2008 nace este Blog, dedicado a publicar via electrónica nuestras ediciones en papel, esos dípticos y hojas sueltas que ya alcanzaron los rumbos muy remotos de Venezuela y el mundo. También a través de este medio ustedes podrán tener conocimiento de los eventos de nuestro grupo. Esperamos con esta iniciativa bloggera ampliar las andanzas de la literatura venezolana. Salud.